Donald Trump iniciará su “segundo” mandato presidencial en un clima de tensiones políticas y diplomáticas

Donald Trump será investido como presidente de EE. UU. en una ceremonia modificada debido al frío extremo en Washington. La jornada comenzó con una misa en la iglesia de St. John's y continuó con el tradicional té en la Casa Blanca entre Trump, Melania, Biden y Jill. A nivel internacional, Putin felicitó a Trump y expresó su deseo de retomar los contactos con EE. UU. Mientras, Biden firmó indultos preventivos, y el Papa Francisco envió un mensaje de paz al nuevo presidente. La investidura de Trump estuvo marcada por tensiones internas y externas, reflejando las expectativas de su segundo mandato.

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fuente/ El Mundo

Eddy Rodrigo

Publicado el 20 de enero, 2025

La investidura de Donald Trump marcará el inicio de su segundo mandato presidencial, un acontecimiento que, a pesar de la habitual pompa y tradición que acompaña estas ceremonias, se desarrolló bajo circunstancias atípicas debido a las inclemencias del tiempo. La fría jornada invernal en Washington obligó a modificar el protocolo habitual: la ceremonia de investidura, que generalmente tiene lugar en el exterior del Capitolio, se celebró en el interior de este emblemático edificio. Este ajuste técnico fue una respuesta a las bajas temperaturas extremas que azotaban la ciudad, que imposibilitaban la realización del evento al aire libre. A pesar de este cambio, la ceremonia mantuvo su esencia institucional, con la presencia de altos funcionarios, invitados especiales y medios de comunicación de todo el mundo.

El día comenzó con una ceremonia religiosa en la iglesia episcopal de St. John’s, justo frente a la Casa Blanca. Este acto, al que asistieron el presidente electo Donald Trump y su esposa, Melania Trump, es una tradición para todos los presidentes de Estados Unidos, un símbolo de la relación entre la fe y el ejercicio del poder político en la nación. La iglesia de St. John’s tiene una connotación especial para Trump, no solo por su significado simbólico, sino por su vinculación con los disturbios ocurridos en 2020. Durante aquellas protestas, Trump posó con una Biblia frente a la iglesia tras el desalojo de manifestantes, lo que generó una serie de controversias y debates sobre el uso político de la religión. La misa de este día fue un acto de solemnidad, con un marcado tono de transición hacia un nuevo ciclo de gobierno. Al finalizar la ceremonia religiosa, Trump y su esposa Melania se dirigieron a la Casa Blanca, donde se llevaría a cabo el tradicional entre el presidente saliente, Joe Biden, la primera dama Jill Biden y los recién investidos Trump y Melania.

La formalidad del té en la Casa Blanca es una de las tradiciones más antiguas del proceso de investidura. Es un momento en el que el presidente entrante y el saliente, junto con sus respectivas esposas, se reúnen para compartir un breve encuentro antes de trasladarse al Capitolio, donde se lleva a cabo el juramento presidencial. En esta ocasión, el presidente saliente, Joe Biden, y la primera dama, Jill Biden, recibieron a la pareja presidencial entrante en un ambiente de cordialidad protocolaria, aunque la atmósfera política estaba marcada por las tensiones derivadas del traspaso de poder. Posteriormente, las dos parejas presidenciales viajaron juntas en el mismo vehículo hacia el Capitolio, un desplazamiento que, además de ser parte del protocolo, simboliza la transición pacífica del poder entre los distintos grupos políticos del país.

A lo largo de la jornada, varios eventos internacionales se produjeron en paralelo a la ceremonia de investidura. El presidente ruso Vladimir Putin, en un gesto de apertura hacia la nueva administración, felicitó a Donald Trump por su investidura y expresó su disposición a restablecer los "contactos directos" con la Casa Blanca. Esta declaración se produjo durante una reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad de Rusia, centrada exclusivamente en las relaciones con Estados Unidos. Este pronunciamiento fue significativo, ya que marcaba la disposición de Rusia a reiniciar los lazos diplomáticos con Estados Unidos, después de varios años de tensiones y confrontaciones políticas bajo la administración Biden.

En el ámbito nacional, el presidente saliente Joe Biden utilizó sus últimas horas en el cargo para firmar una serie de indultos preventivos, un acto de gran relevancia política. Entre los indultados se encontraba Mark Milley, exjefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, quien había sido criticado por la gestión de la retirada de las tropas de Afganistán en 2021. También se incluyó a Anthony Fauci, el exdirector del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, quien había sido una figura clave durante la pandemia de COVID-19. Además, Biden otorgó perdones a los miembros del comité del Congreso que investigaron el asalto al Capitolio. Estos indultos preventivos fueron vistos como una medida para proteger a estos individuos de posibles represalias por parte de la administración entrante de Trump, quien había prometido en su campaña electoral revocar y procesar a muchos de los involucrados en estos hechos. En este sentido, los indultos no solo reflejaron una cuestión legal, sino también un mensaje político claro: Biden intentaba evitar que sus colaboradores más cercanos fueran perseguidos por la nueva administración.

Simultáneamente, la figura internacional de Trump también generó reacciones en Europa. El primer ministro francés, François Bayrou, expresó su preocupación por lo que consideró los "planes increíblemente dominadores" de Trump, aludiendo a su política económica y exterior. Bayrou advirtió que si Europa no tomaba medidas, el continente podría quedar "dominada, aplastada y marginalizada" por las políticas estadounidenses. Esta declaración evidenció las tensiones que se avecinaban entre la nueva administración estadounidense y los líderes europeos, quienes temían que las políticas proteccionistas de Trump pudieran impactar negativamente en las economías de la región.

En cuanto al ámbito religioso, el papa Francisco envió un mensaje de saludo y bendiciones a Donald Trump, instándole a construir un país basado en la paz, la igualdad y el respeto, lejos de la discriminación y el odio. En su misiva, el pontífice expresó sus oraciones para que el nuevo presidente pudiera ejercer su cargo con sabiduría y fuerza, y que su mandato estuviera guiado por el bien común. Este mensaje del papa reflejó las expectativas que la comunidad internacional, incluida la iglesia católica, tenía sobre el nuevo gobierno de Trump y su capacidad para promover la paz y la unidad en un momento de divisiones internas y tensiones externas.

La jornada de investidura de Donald Trump estuvo llena de actos protocolarios, simbolismos y movimientos estratégicos tanto a nivel nacional como internacional. La mezcla de tradición y política moderna enmarcó un día de transición que será recordado no solo por la ceremonia en sí, sino por las decisiones y reacciones que la acompañaron. Con el inicio de su segundo mandato, Trump regresó al poder con un mandato cargado de expectativas, tanto en el ámbito doméstico como en la arena internacional, en un contexto global cada vez más polarizado y desafiante.


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