Renuncia el jefe del Ejército israelí y la escalada militar en Cisjordania tras el fracaso en los ataques del 7 de octubre

El jefe del Estado Mayor del Ejército de Israel, Herzi Halevi, presentó su renuncia efectiva para el 6 de marzo de 2025, asumiendo responsabilidad por el fracaso estratégico ante los ataques de Hamás del 7 de octubre de 2023, que dejaron más de 1,200 muertos y 250 secuestrados. Esta dimisión ocurre en medio de la operación "Muro de Hierro" en Jenín, Cisjordania, que ha causado al menos ocho muertos y 35 heridos, mientras se mantiene un frágil alto el fuego en Gaza. Más de 900 camiones con ayuda humanitaria ingresaron a Gaza, aunque persisten dudas sobre la estabilidad de la tregua, alimentadas por declaraciones escépticas del presidente Donald Trump. La situación refleja tensiones internas en Israel y una creciente crisis humanitaria en la región.

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fuente/ NTM/EP

Eddy Rodrigo

Publicado el 21 de enero, 2025

El 6 de marzo de 2025, Herzi Halevi, jefe del Estado Mayor del Ejército de Israel, presentó su renuncia, asumiendo la plena responsabilidad por los fracasos estratégicos que precedieron el ataque sorpresa de Hamás el 7 de octubre de 2023. En su carta de dimisión, Halevi expresó que la carga de este fracaso lo persigue constantemente, y que esa sensación de culpa lo acompañará "día tras día, hora tras hora", algo que, según él, llevará "por el resto de su vida". El 7 de octubre de 2023, una serie de ataques coordinados por Hamás, que incluyeron incursiones en territorio israelí y ataques con misiles, sorprendieron al Ejército israelí y desbordaron su capacidad de respuesta. El ataque resultó en un número significativo de víctimas tanto entre la población israelí como en las instalaciones militares, lo que supuso un golpe a la seguridad nacional y dejó al Ejército en una posición vulnerable.

Halevi, quien había ascendido por diversas etapas dentro del Ejército israelí, fue responsable de coordinar las operaciones de defensa en ese período crítico. A pesar de las capacidades avanzadas de inteligencia y la presencia de sistemas de defensa como el Iron Dome, el ataque de Hamás evidenció fallas en la comunicación, la coordinación y la prevención de un ataque de tal magnitud. En su carta de dimisión, Halevi subrayó que aunque había sido una sorpresa para las fuerzas de seguridad, la falta de una respuesta eficaz fue una cuestión de "fracaso" personal y estratégico. Esta renuncia se dio en un contexto en el que Halevi ya había indicado previamente su intención de dejar el cargo una vez finalizara la guerra contra Hamás, una guerra que, según él, necesitaba culminar para poder asumir cualquier responsabilidad frente a los resultados de la misma. La dimisión fue aceptada por el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, quien en su respuesta expresó su gratitud por los años de servicio de Halevi y su contribución al Ejército en su calidad de soldado y comandante.

Este acontecimiento se enmarca dentro de una escalada militar en Cisjordania, particularmente en el campamento de Jenín, donde las fuerzas israelíes han intensificado sus operaciones. La ofensiva, que se ha prolongado desde el inicio de la operación "Muro de Hierro", ha resultado en al menos ocho palestinos muertos y más de 35 heridos hasta el momento. Jenín, uno de los puntos calientes de la resistencia palestina, ha sido sitiado completamente por las fuerzas israelíes, que han desplegado francotiradores en las entradas estratégicas de la ciudad. Además, se ha utilizado maquinaria pesada, como excavadoras militares, para alterar la infraestructura tanto dentro del campamento como en las calles principales de la ciudad. La operación ha sido descrita por las autoridades israelíes como una medida necesaria para "erradicar el terrorismo" en la región, un argumento que ha sido ampliamente utilizado en las justificaciones militares israelíes ante la comunidad internacional.

En paralelo a los enfrentamientos en Cisjordania, la situación en Gaza continúa siendo crítica. Tras meses de enfrentamientos y bloqueos, el 20 de enero de 2025 se alcanzó un acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamás, con mediación de actores internacionales como Qatar. Durante el tercer día de tregua, más de 900 camiones con ayuda humanitaria han ingresado a Gaza, lo que representa un esfuerzo significativo para mitigar la grave crisis humanitaria que afecta a la población palestina. Sin embargo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, expresó sus dudas sobre la estabilidad del alto el fuego, afirmando que no tenía confianza en su perdurabilidad. Trump agregó que, aunque no consideraba que fuera "su guerra", observaba una debilidad en las fuerzas palestinas de Hamás, lo que a su juicio podría influir en la duración de la tregua. Esta falta de confianza en la estabilidad del acuerdo fue subrayada por el propio tono escéptico del mandatario estadounidense, quien se mostró reticente a comprometerse plenamente con el proceso.

En contraste, Qatar, a través de su portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Majed al Ansari, se mostró optimista respecto al cumplimiento de la tregua. Al Ansari destacó que más de 915 camiones de ayuda humanitaria habían ingresado a Gaza y expresó su confianza en que las partes involucradas continuarían implementando los términos del alto el fuego. Según fuentes de la ONU, la entrada de ayuda humanitaria ha sido un paso crucial para aliviar la escasez de alimentos, medicinas y suministros básicos en Gaza, que ha sido severamente afectada por meses de bloqueo y bombardeos. Sin embargo, la situación sigue siendo incierta, con la posibilidad de que cualquier incidente o escalada en las hostilidades pueda hacer fracasar el acuerdo y reavivar los enfrentamientos entre las partes.

La situación en la región, en general, refleja la fragilidad de los acuerdos de alto el fuego en un conflicto tan prolongado y complejo como el de Israel y Palestina. Mientras Israel continúa con sus operaciones militares en Cisjordania y Gaza, la comunidad internacional se encuentra dividida en cuanto a las posibles soluciones a largo plazo. La dimisión de Halevi, lejos de ser solo un evento militar, también refleja las tensiones internas dentro de las fuerzas armadas israelíes y la presión que enfrenta el liderazgo del país ante un conflicto que parece no tener fin. En este contexto, el futuro inmediato de la región sigue siendo incierto, con la diplomacia enfrentando enormes desafíos para lograr una paz duradera.

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